Incidentaloma

Se denomina incidentaloma hipofisario a un adenoma de hipófisis descubierto en algún estudio por imagen (tomografía o resonancia magnética) solicitado a un paciente por algún motivo distinto. Un ejemplo podría ser un paciente que sufre un traumatismo craneoencefálico, se le efectúa una tomografía de cráneo para evaluar alguna consecuencia del trauma, pero se descubre incidentalmente un adenoma hipofisario.

Grandes series de autopsias han encontrado adenomas hipofisarios post-mortem en el 10-15% de la población que no presentaba manifestación clínica alguna de un adenoma de hipófisis.

 

EVALUACIÓN

Ante el hallazgo de un adenoma hipofisario incidental es necesaria una evaluación por un neuroendocrinólogo y/o neurocirujano.

Lo primero a realizar es confirmar la presencia del incidentaloma hipofisario con una resonancia magnética con foco en hipófisis y con gadolinio. De esta manera se definirá si el incidentaloma es un microadenoma (menor a 10 mm) o un macroadenoma (mayor a 10 mm), además de las características de la lesión (solida o quística) y su relación con estructuras adyacentes (glándula hipófisis normal, senos cavernosos, quiasma óptico, nervios ópticos, piso selar y seno esfenoidal).

Lo segundo a definir es si el adenoma es funcionante o no funcionante. Para ello se evalúan las siguientes hormonas: PRL, GH e IGF-1, TSH y T4 libre, Cortisol basal y ACTH, FSH y LH, Testosterona, Estrógeno y Progesterona. De ser necesario se avanzará con pruebas más específicas.

Lo tercero a definir es si existe algún grado de hipopituitarismo (disminución en la secreción de alguna o varias hormonas producidas por la glándula hipófisis). La presencia de hipopituitarismo se determina con el mismo panel de hormonas anteriormente descripto.

Por último, en el caso de un macroadenoma incidental el cual tenga contacto con el quiasma óptico y/o nervios ópticos, es necesaria una evaluación neuroftalmológica integral que incluya un campo visual computarizado, con el objetivo de descartar alguna alteración visual imperceptible subjetivamente por el paciente.

 

TRATAMIENTO

Adenomas Funcionantes

Luego de una evaluación definitiva del adenoma incidental en donde se lo define como un adenoma funcionante porque hipersecreta alguna hormona (Prolactinoma, Acromegalia/Gigantismo, Enfermedad de Cushing, Tirotropinoma), lo correcto es tratarlo  adecuadamente con cirugía o fármacos según el tipo de tumor detectado.

Adenomas No Funcionantes

La decisión de tratar o no un adenoma no funcionante incidental dependerá del tamaño, la compresión de la vía óptica y la presencia de hipopituitarismo.

Si el paciente presenta un macroadenoma con compresión y/o contacto con la vía óptica, está indicada una cirugía por vía transnasal tranesfenoidal endoscópica. Más aún si el paciente presenta  alguna alteración en el estudio del campo visual que pudiera estar relacionada con el macroadenoma (aunque sea imperceptible por el propio paciente).

Por el contrario, si el microadenoma o macroadenoma no funcionante incidental no comprime la vía óptica puede realizarse un seguimiento  periódico con resonancia magnética y evaluación hormonal, puesto que muchos de estos adenomas pueden permanecer estables durante años y no requerir tratamiento alguno.

Ante la presencia de un adenoma no funcionante incidental en el cual se detecta hipopituitarismo, también se sugiere realizar una cirugía por vía transnasal tranesfenoidal endoscópica con el objetivo de descomprimir la glándula hipófisis para que recobre su función normal.